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“La Victoria y su Gente” Hoy con José Tarcisio Poleo “El Charro” (Q.E.P.D.)




Hoy con José Tarcisio Poleo “El Charro” (Q.E.P.D.)



Entrevista realizada el 20 de julio de 2018 

por: Carlos Sánchez Márquez
VicVennoticias.- El charro, en México, es un jinete, alguien que practica la charrería, que está considerada como el deporte nacional en ese país. Por su participación en los diferentes sucesos históricos acontecidos desde la independencia hasta la época post revolución, es considerado como el emblema personificado de México, sin embargo fuera de México, como en nuestro país, hablar de Charro nos transporta inmediatamente a un personaje “que canta rancheras” vestido con chaqueta muy corta, pantalones bastante amplios con tapabalazos; calzoneras de casimir, con botones de plata en los costados y en los tapabalazos, y en la parte inferior que dejaba al descubierto del calzón, este lucía bordado, deshilado y otras delicadas labores, con un enorme sombrero hecho de fieltro de lana, de pelo de liebre o de paja de trigo y es una auténtica protección para el brillante sol de Jalisco y para la caída desde el lomo de un caballo.
Famoso en nuestro país por la gran difusión de las películas y novelas mexicanas sobre todo en la “Época de Oro” del cine Mexicano, por su calidad en la producción y éxito económico, además de haber obtenido un gran reconocimiento a nivel internacional, convirtiéndose en el centro de las películas comerciales de Latinoamérica y habla hispana. Grandes cantantes que algunos se convirtieron en actores famosos de la época como Pedro Infante, Luis Aguilar, Jorge Negrete, Antonio Aguilar, Miguel Aceves Mejía, Javier Solís, Vicente Fernández todavía cantando y con un gran repertorio musical.
La música ranchera es uno de los géneros más característicos de la cultura mexicana y que incluso, se encuentra presentes en otros países, gracias a los músicos que se han encargado de llevarle al mundo un poco de este estilo musical. Los temas que abordan las canciones suelen ser románticos y sentimentales, llegando a hablar desde el romance feliz hasta el desamor, pasando por la pena de los amores no correspondidos y situaciones similares, que se suelen presentar en dicho caso. Otra temática recurrente es la que tiene que ver con la Revolución de México, al hablar de batallas, la vida en el campo y hasta las historias contadas en cantinas. Los lazos familiares también tienen su lugar dentro de las rancheras.
Hoy en “la Victoria y su Gente” vamos hablar de un hombre de nuestra ciudad, popularmente conocido por todos como “El Charro”. Nació en la casa de Antonia Páez, hermana del gran poeta Julio Páez, un 7 de septiembre de 1934 frente al Cuartel Montilla. Su padre Gerbasio Muñoz, su madre Trina Poleo, trabajadora doméstica y excelente cocinera muy solicitada por las familias victorianas, el Charro actualmente cuenta con 83 años de vida, llena de música y gratos recuerdos.
Su niñez la pasó en el Pao de Zárate, trabajando desde muy joven, como becerrero, vaquero y sabanero en la Hacienda Cazupo de Ramón España Landaeta, donde aprendió las labores del campo, el conuco, el ordeño, la faena diaria y a cantar tonadas llaneras desde muy joven. También trabajó un tiempo en Haras El Indio vía a Zuata, en una vaquera en Cazupito en Cagua y en Bejuma. Regresa a la Victoria con 15 años para trabajar en la vaquera de Soco de un alemán llamado Walter Bartolait, fundador de la zona industrial de Soco, aproximadamente a los 25 años de edad comienza sus inclinaciones por la música ranchera aparentemente por un despecho, cantando con sus amigos, junto a Rosario Lugo cantante, Domingo Escalona cantante, Ramón Requena guitarrista. Con el tiempo la vaquera de Soco se transforma en una gran fábrica llamada “Venceramica” en el año 62, donde trabajó 15 años, como moldeador, montacarguista y cajero.
Comenzó en la radio en "La Voz de la Victoria", que se encontraba en esos momentos en la calle Rivas Dávila, cercano a la panadería Oporto, los dueños eran Coquito Méndez y Jesús María Labrador, gracias a la oportunidad que le dio Rafael Corona, un argentino que dirigía la emisora, junto a locutores como Manuel Requena Vigas, Héctor Eslaba, Ciro Sánchez Briceño y Pipo Sandoval. En esos tiempos los programas eran en vivo en la mayoría de las emisoras de radio y la voz de la Victoria no era la excepción, el poeta Julio Páez coloca el nombre del programa “Bajo el Cielo de México”, programa de canciones, donde comienza a crecer y a darse a conocer en la Victoria y en el centro del país. La transmisión duró casi dos años, luego en “Radio Aragua” en la ciudad de Cagua con Carmen Benítez.
Cuando se retira de la empresa Vencerámica con el dinero obtenido por todos sus años de trabajo, adquiere una Camioneta de pasajeros color vino tinto con la que comienza a trabajar en la línea Maracay- San juan de los Morros, luego regresa a la Victoria donde con otros compañeros funda la línea UNCANIRI, Unión Civil Castor Nieves Ríos, de Las Mercedes - La Mora – Centro, aunque en forma siempre simultánea con la música, en la cual trabajó por casi 38 años en de manera ininterrumpida, donde se siente muy orgulloso de haber sido útil a la sociedad, la gente lo recuerda con cariño y lo saluda por donde va, nos dice con orgullo que prácticamente transportó casi 3 generaciones de victorianos, colocando música ranchera a los pasajeros y complaciendo peticiones, es necesario resaltar que era uno de los pocos transportistas que trabajaban hasta altas horas en la noche a pesar de la inseguridad y era normal que la gente preguntara ¿ya pasó el Charro? Trabajadores, estudiantes, fiesteros y amantes de la vida nocturna eran sus pasajeros habituales, con lluvia o bajo cualquier situación siempre cumplió con todos.
En relación a su trabajo con Julio Páez nos dice que fue maravilloso, siempre lo acompañó a todas partes, formó parte de su elenco musical del Teatro Candilejas junto a Luis Masías, Yaconde Guerrero, Yvonne Ladera, Helena Torres, Aura Pastori entre otras. Viajó por todas partes con el elenco de Julio Páez y como cierre de esas presentaciones actuaba con su música mexicana para deleite de todos, a él le debe mucho en su carrera artística, nunca lo olvida, “en esta vida hay que ser agradecido” dice el Charro.
Tiene muchas anécdotas todavía en su mente, una de ellas cantando y tocando en vivo en La Voz de la Victoria se le rompió una cuerda a la guitarra en pleno transmisión y como pudo siguió con la actuación sin que la gente se diera cuenta, otro recuerdo nos cuenta que consiguió una entrevista en Radio Caracas Televisión para hablar directamente con el animador del momento, Víctor Saume quien quería que trabajara en su show del mediodía, sin embargo la empresa Vencerámica le negó el permiso y perdió esa gran oportunidad.
Debemos mencionar que el Charro cantó en el Teatro Fantasía donde se presentaban espectáculos en vivo nada más y nada menos que con Antonio Aguilar y con Miguel Aceves Mejía, dos grandes de la música mexicana, los cuales quedaron gratamente impresionados con su canto. También realizó dos temporadas de actuación en el famoso Coney Island, parque de atracciones mecánicas ubicado en los Palos Grandes en Caracas. Le encantan los Boleros, El Guapango y los Corridos con los cuales “mataba sus tigritos” cantando en fiestas, veladas y en serenatas.
A nivel familiar podemos decir que tuvo dos matrimonios, primero con Flor María González con quien tiene 5 hijos, tres hembras y dos varones, Tarci Yolenny, ya fallecida, Haner Danaloy, Licet Cecilia, Nestor Miguel y Alcides Poleo. Luego unas segundas nupcias con Carmen Muñoz Bonnet con quien tuvo un varón, Tarcisio José Poleo Muñoz, aparte, otra relación anterior con Virginia Chiribela y nace Trina Poleo, en total 7 hijos.
A los cuarenta años aproximadamente sufre de una afección a nivel del cielo de la boca con una tumoración que tuvo que ser intervenida en una operación de alto riesgo a nivel de su maxilar superior, el cual pierde y le es colocada una prótesis en sustitución. Problema de salud que lo separa algún tiempo de la música y el canto y es donde se enfoca en enseñar a su hijo Tarcisio José los secretos del canto y canciones mexicanas que comienza a cantar desde los 5 años de edad, es su madre quien lo bautiza con el nombre del “Charrito de Oro”.
Su padre se da cuenta que al niño le gustaba el canto y que tenía gran facilidad para aprender, entonar y afinar las canciones y lo incentiva a cantar y es así cuando en la camioneta de pasajeros el niño comienza a cantar a el público en su trayecto, recibiendo propinas y felicitaciones de todos, canciones como el “Pichirilo” que compone con apenas 9 años, aprende a tocar el cuatro y a cantar un gran repertorio de memoria, admira desde niño las canciones de Aldemaro Romero, Los Cuñaos, Juan Vicente Torrealba y por supuesto la música mexicana, a Pedro Infante y a Jorge Negrete. Ha estudiado música en el núcleo “Juan José Landaeta”, toca la Vihuela mexicana, el Guitarrón mexicano, el violín, la trompeta, la guitarra, el cuatro, el piano y la percusión entre otros, estudia teoría y solfeo, composición y armonía en el Conservatorio Simón Bolívar en el Paraíso, Caracas, su abuela era pianista y fundadora del Orfeón Santa Cecilia de la Victoria, Josefina de la Cruz Balvo y Giuseppe Locconte los considera sus padrinos artísticos y por supuesto a su padre, a quien le debe haber incentivado su carrera artística.
Hablando nuevamente de su padre “El Charro”, llegó a protagonizar dos películas venezolanas llamadas “Dos hombres pelo en pecho” y Gaviota adolorida, alternó con muchos destacados artistas de la época, grabó un 45 rpm, un acetato con dos canciones llamadas “Rama Seca” y “Renunciación”, acompañado por Ramón Velázquez, Gerardo Ribas, Rafael Azuaje y Hugo Rodríguez en los años 1968 de Discos Continente. Le encantan las canciones de Miguel Aceves Mejías, “Por si me olvidas”, “Orgullo y Bonita” “La Noche y tu”.
Un hombre dedicado a la música y al trabajo, con un don de servicio, amable, buen conversador, pionero de la Charrería en la Victoria, legado que ha dejado a la ciudad y a su hijo el “Charrito de Oro”. Hemos hablado de un hombre que ha sido buen padre, buen profesional y servidor, que colaboró con muchas personas que estudiaban, trabajaban o parrandeaban de noche cumpliendo con su servicio y un ser agradecido con los victorianos y la ciudad, por ser como son, por su amabilidad y por nunca olvidarlo.
Por todo esto anteriormente descrito José Tarcisio Poleo “El Charro” es parte importante de…”La Victoria y su Gente”.
Texto y Fotografía:Carlos Sánchez Márquez

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