¿Por qué nos justificamos?

VicVennoticias.-Es muy usual que el ser humano se justifique durante una conversación, especialmente si el discurso versa en dar motivos o explicaciones de por qué hacemos o no hacemos las cosas. 

Es nuestro deseo de aprobación y el miedo a dar una mala imagen, lo que lleva al ser humano a dar un gran número de justificaciones innecesarias. Sin embargo, algo que hay que tomar en cuenta es que detrás de muchas de nuestras justificaciones hay un bloqueo. 

Lo primero que hay que hacer consciente es si mi justificación corresponde realmente a la realidad o es una manera de evadir un asunto. Algunas explicaciones son verdad y no debemos sentirnos mal por eso. El ser humano debe aprender a decir que no cuando algo no corresponde a su nivel de valores o consciencia o cuando simplemente tiene actividades previamente planificadas. Pero, una justificación que no corresponde a los anterior es simplemente un bloqueo, un temor a asumir alguna responsabilidad o a salir de nuestro estado de confort y la utilizamos para escapar de la situación. 

Que escondemos entonces detrás de las justificaciones y excusas: 

1. Necesidad de aprobación: de manera de que nuestra imagen no quede comprometida. 

2. Gratificación instantánea: es mejor descansar o pasarla bien que asumir algún compromiso. 

3. Tememos miedo a algo. Miedo a no hacerlo correctamente, miedo a fracasar, a lo desconocido y el más importante miedo a no lograr terminar con éxito. Eso nos hace querer posponerlo, haciendo algo sencillo y seguro en su lugar. 

3. Posponer es más fácil: No hay consecuencias negativas inmediatas. Seguramente vamos a pagar por ello más tarde, pero por ahora, nada malo pasará. Es muy fácil saltarte esa actividad, permanecer en esa zona de confort y ahorrarte el dolor de no haberla concluido. 

4. Sobreestimar nuestra productividad futura. Tenemos una larga lista de cosas que planeamos hacer y pensamos que está bien posponer las cosas, porque vamos a hacerlo más tarde y aún mejor que ahora. Creemos que seremos increíblemente productivos y estaremos mucho más concentrados en otro momento que ahora mismo. Pero, cuando llega ese futuro seguimos sin poder acabar, o peor aún, sin lograr comenzar. 

5. La recompensa es todavía inalcanzable. Alcanzar una meta no se logra al primer intento, exige constancia. Esa constancia hace que al final obtengamos la recompensa. 

Posponer no te asegura la consecución de la meta. 

Se cual sea la excusa, valora bien si se trata de una verdad o una forma de huir o renegar algún compromiso. Por otro lado, cuando estás claro de tus intenciones no es necesario justificarte.

Laura Vona