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¿Cuál es la calidad de nuestra comunicación?




VicVennoticias.-Aprender a escuchar y a expresarnos es todo un arte. Cada persona interpreta la información que le llega de otro interlocutor, de la prensa escrita y de los medios de comunicación en base a marcos de creencias, estados emocionales y hábitos que hemos internalizado con el tiempo. Por otro lado, muchas de las conductas comunicativas son producto del modelaje el cual puede estar determinado por el ambiente en que nos hemos desarrollado (familia, escuela, sociedad). Así copiamos y repetimos distintos estilos de comunicación, algunos más asertivos y efectivos y otros mas agresivos y disfuncionales.

Comunicar es una de las funciones mas importantes del ser humano. La comunicación expresa lo que atesoramos en nuestra mente y en nuestro corazón. Es la herramienta con la cual la información se transmite, no solo de persona a persona sino de generación en generación. 

Podemos comunicarnos de diversas formas: a través de nuestra palabra hablada o escrita, nuestro cuerpo, nuestros gestos, imágenes, señas, entre otras. El mundo gira entorno a la comunicación. Pero ¿Realmente transmitimos los que deseamos transmitir?¿En verdad escuchamos e interpretamos bien lo que nos están queriendo decir? 

A continuación deseo proporcionarles una técnica de comunicación muy usada a nivel empresarial y político y que, de ponerla en práctica, puede ser usada en cualquier ámbito de nuestras vidas: La Técnica del DNA (Diálogo. Negociación y Acuerdos) 

Esta técnica incluye 8 destrezas que hay que aprender a manejar: 

1) Expresar/Escuchar: antes de expresar piensa: ¿Para qué quieres decirlo? ¿Qué vas a lograr? Puede que no valga la pena comunicar nada en algún momento, ya que para que el acto de comunicación exista deben darse ciertas condiciones mínimas. Tal vez la más importante es querer llegar realmente a un acuerdo. 

Tomar consciencia si estamos comunicando a través de nuestra neo corteza o a través de nuestras emociones. Si nos estamos comunicando a través de nuestra neo corteza lo más importante es argumentar. Si no existen argumentos sólidos que sostengan nuestras afirmaciones nuestra comunicación será vacía. Por otro lado, si nos estamos expresando a través de nuestras emociones piensa: ¿Qué deseas lograr? motivar o desahogar rencores, rabias y frustraciones. 

Cuando de desahogo se trata, la comunicación terminó justo en el comienzo. Se convertirá en un ataque hacia el otro donde el Tú se impondrá y no seremos capaces de reconocer nuestra responsabilidad en la situación. 

Al expresar solo trae un problema o situación a la vez y procura utilizar un tono de voz neutro sin altibajos emocionales. Si esto aún no puedes lograrlo, desahoga primero todo el rencor y la rabia acumulada y luego vuelve a intentarlo. 

2) Resonancia/Disonancia: las vibraciones cuerpo-mente se mezclan en un proceso de resonancia y disonancia. Cuando dialogas con alguien no te enganches en la disonancia y procura anclarte en la resonancia. Desengancharse de la disonancia es no meter más leña al fuego. Al contrario, busca esa palabra, esa imagen o ese sentimiento que te permita continuar. 

Es difícil oír la información contenida tras la disonancia caracterizada por amenazas, exageraciones, dramatismo y acusaciones pero es un esfuerzo que debemos lograr pues tras ello se esconde información relevante. 

3) Lluvia de ideas: Cualquier cosa que llegue a la mente y que busque solucionar el conflicto es buena. Sugerencias breves, cortas, no más de una frase ya sea salvajes o loca. Es importante abrir el espectro de opciones, hacer nuevas conexiones, expandir la mente. Mientras se está en esta lluvia de ideas no se puede interrumpir a los participantes de manera que pueda aflorar la creatividad y descubrir nuevas alternativas. 

4) La complementaridad: siempre se hace necesario ampliar contextos ante un conflicto. Esto se logra buscando lazos, tendiendo puentes, buscando aquellos aspectos qué nos une más que las situaciones que nos separan. A fin de cuentas somos seres humanos y este simple hecho debe llevarnos a encontrar esa complementariedad. 

5) Negociar: Se deben hacer ofertas bien argumentadas o justificadas donde la relación busque que ambas partes salgan ganadoras. Muchas veces habrá que prescindir de ciertos aspectos e incorporar otros. Una verdadera negociación jamás puede estar basada en una relación perder-ganar o perder-perder. 

6) Bajarse del caballo: esta frase nada tiene que ver con agachar la cabeza. Mas bien significa depongamos la soberbia y el orgullo y busquemos un nivel más igualitario. Muchas veces hará falta distanciarse, alejarse, para encontrar nuevas salidas, nuevas soluciones y así volver a empezar. 

7) Acordar: es proyectar una nueva plataforma de entendimiento, con nuevas reglas. No niega la posibilidad de que ambas partes hayan tenido que perder algo para lograrlo. Se acuerda siempre en base a la ganancia aunque este logro haya traído consigo algunas pérdidas para las partes. Al final lo que debe prevalecer es el ganar-ganar. 

8) Cerrar: cuando el acuerdo surge debe cerrarse a través de una voz neutra pero firme y dejando en claro los puntos que aún faltan por trabajar. 

Práctica estas 8 destrezas en tu vida. Toma consciencia de ¿Cómo se van dando cada etapa? ¿Cómo actúas en cada una de ellas? Y lo más importante ¿Cuánto avanzas en tus negociaciones? 

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