En Materia Económica, ¿Para Donde Vamos? Parte ll
Artículo de Opinión
Por: Pedro Brito Santana
VicVennoticias.-En nuestra primera entrega nos ocupamos
de exponer cómo la Macroeconomía del Populismo no es una invención del
Socialismo del Siglo XXI y sus consecuencias no son novedosas ya los economista
Rudiger Dornbusch y Sebastián Edwards la habían estudiado y dado a conocer al
mundo en su famosa obra “Macroeconomía del populismo en la América Latina”, publicado por el Fondo de Cultura Económica
(FCE) en 1993, posteriormente a la muerte de Dornbush, Edwards sigue los estudios y en 2011 público: “Left
behind: Latin America and the false promise of populism”. The University of
Chicago Press (Dejado atrás: América Latina y las falsas
promesas del populismo).
En estas publicaciones y de manera especial la primera ellos examinaron las
experiencias de Chile con Salvador Allende y la del Perú con Alán García, y nosotros intentamos demostrar con
hechos que el gobierno chavista-madurista, copio al calco todos sus errores y ahora la población venezolana sufre sus consecuencias.
Con un agravante los dislates económicos cometidos por ambos mandatarios (Allende
y García), podrían ellos haber argumentado en su defensa, que habían
pecado en su buena fe y que se habían equivocado por desconocimiento, hecho que fue realizado por Alán
García en su segundo gobierno. El chavismo no tiene este atenuante, ya que los
trabajos de Dornbusch y Edwards son ampliamente conocidos en la academia,
además el chavismo se ufanaba y se ufanan de decir que eran y son populistas.
Ahora
bien la sociedad venezolana, ha contribuido a la constatación de los efectos perverso del populismo con un gran aporte en base a su lamentable
realidad es que tanto los mandatarios
García y Allende todos sus experimentos
populistas fueron realizado con el esfuerzo económico de sus ciudadanos. En cambio
Venezuela al tener un “commodities” tan preciado por el mundo como es el
petróleo lo realizo a través de su renta, es decir sin el esfuerzo de sus
ciudadanos sino por la “buena suerte” de tener petróleo y sin embargo fue un rotundo
fracaso, no dejo de mencionar la denuncia del exministro de economía de Chávez,
que debió haber estudiado a Dornbusch y Edward, el señor Jorge Giordani que señalo
que en Venezuela se pudo haber malversado unos 300.000 millones de dólares,
atribuyéndole el fracaso, siendo él es uno de sus mayores responsable, a la
corrupción, en todo caso tampoco es excusa ya que él y sus “camaradas” se
encargaron de desmantelar a la institucionalidad nacional.
Ya mencionado esto sigo con la secuencia
que nos propone Dornbusch y Edwards, la
pregunta es ¿para dónde vamos?, primero nos ubicaremos donde estamos. Como
sabemos los autores identificaron cuatro (4) fases a saber:
Fase
I: los gobernantes ven plenamente confirmados su pronóstico y su prescripción:
se elevan la producción, los salarios reales y el empleo, y las políticas
macroeconómicas tiene gran éxito. Los controles aseguran que la inflación no
sea un problema, y las importaciones alivian la escasez. La disminución de los
inventarios y la disponibilidad de importaciones (financiadas mediante la “quema”
de las reservas, emitiendo más deuda o la suspensión de los pagos externos)
absorben la expansión de la demanda con escaso efecto en la inflación.
Fase
II: Empieza el “ratón” de la
“borrachera” de la Fase I debido en parte a una fuerte expansión de la demanda
y falta de divisas. Mientras que la reducción de los inventarios fue un aspecto
esencial de la primera fase, los bajos niveles de los inventarios y su
reposición constituyen ahora una fuente de problemas, no se tiene dinero para
importar o el país se sigue endeudando. Se ajustan los precios, se recurre al
control de cambio, y por ´último se utiliza el tipo de cambio para financiar
déficit presupuestario por los subsidios generalizados a los bienes de consumo
básico (CLAP). La inflación aumenta de manera significativa, se intenta
mantener los salarios reales a través de aumentos continuos y/o con subsidios
directos (bonos de la patria).
Fase
III: Escasez generalizada, la aceleración extrema de la inflación y una
obvia deficiencia de divisas, conducen a la fuga de capital y la
desmonetización de la economía, prácticamente se para el comercio por insuficiencia
de dinero impreso, esto hoy no sucede ya que se tiene el pago electrónico, la
moneda local es rechazada y se busca realizar las transacciones en divisas. El
déficit presupuestario se deteriora violentamente a causa de un importante
descenso de la recaudación fiscal real, no pudiendo el gobierno cumplir con
tareas básicas como: el mantenimiento de vías, abastecimiento de hospitales,
dotación de instalaciones educativas, conservar subsidios en términos reales.
El gobierno intenta estabilizar reduciendo los subsidios y efectuando una
depreciación real del tipo de cambio. Los salarios reales bajan drásticamente,
por lo que el país se torna inestable. Se evidencia que el gobierno se
encuentra en una situación desesperada y de
hecho hay un desmontaje
final ya sea por cambios de políticas
y/o por cambios de autoridades, el mismo
es acompañado a menudo por grandes cambios políticos. La clase media que
en teoría es la que está mejor formada sanciona a estos procesos a causa de la
amenaza económica que conlleva el populismo. Se desatan protestas de los
sectores antes beneficiados que ahora enfrentar menores ingresos y mayores
costos para vivir.
Fase
IV: El nuevo gobierno recurre a ayuda exterior y se aplica un programa
de estabilización económica. Con
frecuencia se aplica un programa del FMI, y cuando todo haya terminado, el
salario real habrá bajado hasta un nivel significativamente menor que el
prevaleciente, se sinceran los precios de los servicios públicos, la
declinación del bienestar será muy persistente, porque la política y la economía
del experimento fallido populista habrán deprimido la inversión y promovido la
fuga de capital y de los ciudadanos mejores formados. El régimen populista- por lo general
desplazado por la crisis- adjudica la responsabilidad a “agentes Externos” como
los que prestaron, el FMI, Banco Mundial, o
a la “crisis global” de turno. En definitiva ellos, a las primeras, no
admiten su culpa.
Considero que estamos en la etapa final
de la Fase III, se espera un cambio de políticas económicas y/o cambio de
gobierno, pero como observamos nos toca periodo muy duros en términos económicos y sociales (Fase IV), el gobierno evita un
desenlace por vía militar dándoles prebendas abusivas que paga la sociedad,
algunos ejemplos notorios y
comunicacionales son que hoy la FFAA cuenta con 2.000 generales, más que toda
la OTAN combinada, los militares o exmilitares ocupan 11
de los 32 ministerios, encabezan 11 de
los 23 gobiernos estatales (sin “protectores del pueblo”), dirigen la importación y la distribución de la comida, y
tienen una participación en el control de las fronteras, las rutas, los puertos
y el petróleo.
Cuando se inició todo el episodio
populista en el 1999, nuestra deuda externa era de 35.087 millones de dólares,
hoy es de 146.000 millones de dólares, por concepto de renta petrolera el
chavismo percibió la escandalosa suma de 980.000 millones de dólares, la
inflación del segundo gobierno de Rafael Caldera más alta fue en 1996 y registro 103,9%, hoy estamos en hiperinflación , el salario mínimo de Caldera era de 376,16 $ mensuales hoy es de menos de 2$, recordemos
que el Banco Mundial define a un
individuo pobre cuando gana menos $1,9 diario, nosotros lo ganamos
mensualmente, tenemos 22 meses de hiperinflación, en 6 años hemos perdido más
del 70% del PIB; FocusEconomics en su informe de septiembre estima para
Venezuela este año cerrara con una inflación de 53.063% y con una caída del PIB
del 26%; en el informe de Doing Business 2019
indica que para establecer una empresa en Venezuela se necesita realizar
20 trámites y se requiere 230 días, mientras que por ejemplo Colombia se tarda
11, Brasil 20 días y se realizan 8 y 10
gestiones respectivamente. La culpa de toda esta crisis según el chavismo no
las tienen ellos, sino la “guerra
económica”, las “sanciones”, el “imperio”…
Ante esta “herencia” chavista, ante un
nuevo gobierno a la población hay que hablarles claro, entre otras acciones, hay
que levantar la moral ciudadana, la producción petrolera, sincerar los precios
de los servicios públicos con prestaciones de estos de buena calidad, la
gasolina debe cobrarse al menos a precio de costo, de igual manera hay que recuperar
el empleo, el poder adquisitivo del salario, dar ayuda económica de manera
directa a la población más desfavorecida para que salgan de su situación e
incorporarlo al proceso productivo, a este proceso hay que armonizarle el
portafolio de impuestos para que contribuya con la recuperación nacional pero
sin ahogarlo, en fin hay que empezar a reinstitucionar
al país, hay que darle importancia a la instituciones para tener un mejor
desempeño económico, allí podemos tomar algunos consejos del Premio Nobel de
Economía Douglas North que estudio en detalle el papel de la instituciones y el
mercado.
Es necesario recuperar nuestra diáspora para poder reconstruir a la
nación, sin crear falsas expectativas y de manera especial en los tiempos de recuperación, recordémos que
se ha empleado 20 años de destrucción. No olvidemos por una parte el caso Macri
en Argentina que en un periodo presidencial no pudo levantar el desastre dejado
por el Kirchnerismo y lo más probable es
que este le gane las elecciones recuperando el poder. La otra parte es tener
presente la paciencia, la persistencia y la mirada de largo plazo de nuestro
Libertador resumido en estos tres (3) de sus tantos pensamientos, el primero
hace referencia a lo ético “Tengamos una conducta recta y dejemos al tiempo
hacer prodigios”, el segundo a lo político “Yo soy siempre fiel al sistema
liberal y justo que proclamó mi patria”,
le añadiría : lealtad, inclusión,
recuperación de lo robado, encontrar vías consensuadas para la búsqueda de un
futuro próspero sostenible en base al esfuerzo, al trabajo, al estudio y los
deseos de superación de cada quien. En fin utilizar al mercado a favor de la
eficiencia productiva, pero también a favor de la justicia social, con un
estado regulador, y con solidaridad. Si esto último no es “comprado” por la mayoría sencillamente no
hay nada que hacer, observemos la suerte actual de Cuba y de los cubanos, esa
será nuestra suerte y aquí cabría el tercer pensamiento: “La única cosa que se
puede hacer en América es emigrar”.
Esta dimensión del populismo que
maltrata fieramente hoy a Venezuela es la que violenta más gravemente nuestro
entendimiento de cómo debe articularse una sociedad moderna y, en este sentido,
es dañina no solo moralmente, sino también por sus consecuencias económicas. La
estigmatización conlleva restringir el acceso a una buena educación, adecuada
alimentación, buenos servicios públicos, buena seguridad, diversión… en fin
negar una vida decente a la mayoría de la población y destruye los incentivos de
los emprendedores para la generación de empleo y prosperidad de esta manera se
traduce en una gran tragedia que se convierte en su paradoja; reduce, a la larga,
la prosperidad de la nación, esa
prosperidad que es la oferta inicial del
populismo, que tan solo alcanza la elite gobernante saliente a expensa de toda
la sociedad.
Término con un cuento, un día en una
ciudad se encuentra un sabio, unos jóvenes se confabulan para hacerle una broma
y uno de ellos tomó un pájaro vivo entre sus manos y comentan entre ellos: “preguntémosle
al sabio si el pájaro: ¿está vivo o está muerto? Si nos dice que está muerto se
lo enseñamos vivo, y si dice que está vivo, le fracturamos el cuello y se lo presentamos muerto”. Una vez que se
pusieron de acuerdo, el que tenía el pájaro le pregunta al sabio, lo convenido.
Y el sabio le contesta: “la vida del pájaro está en tus manos”. Ese es el
mensaje final que les dejo: “La vida próspera de Venezuela está en tus manos,
de ti depende que se muera o se consolide”, la ciudadanía tiene la palabra.
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