La Victoria Posible por: Pedro Brito Santana
Opinión
Por: Pedro Brito Santana
VicVennoticias.-Sin ánimo de escudriñar la historia de la ciudad de La
Victoria lo que quiero resaltar es su evolución en ser una aldea aborigen por allá en el 1593,
cuyo nombre original fue Nuestra Señora de Guadalupe de La Victoria, para luego
ser erigida en pueblo de doctrina el 18
de noviembre de 1620, hasta llegar a ser lo que es hoy, la Ciudad de la Juventud Venezolana, para
convertirla en una Ciudad Inteligente.
Su escudo inmortaliza los año más relevante para esta ciudad porción de
tierra limitada por el Norte con el
municipio Tovar, por el Este con los municipios Revenga y Santos Michelena, por
el Sur con los municipios San Sebastián y Zamora, y por el Oeste con los
municipios Bolívar y Sucre. En su cinta inferior se puede leer las fechas de
las tres jerarquías, más relevantes, del
ente urbano; 1593, año en el cual se erigió el pueblo; 1795, año de su
elevación a categoría de Villa por el Rey Carlos IV; y 1814 año glorioso de la
Batalla de La Victoria, y elevación a ciudad por el Libertador. Otra
denominación adicional de la cual goza
la ciudad es el de la Ciudad de la Juventud Venezolana desde 12 de febrero de 2014 cuando se
celebraron los 200 años de la Batalla de
La Victoria donde ese mismo día fue decretada la ciudad como capital de la República Bolivariana de Venezuela.
Ninguna de estas denominaciones
han sido regaladas o concedida sin mérito propio, ya en el año 1794 a solicitud
de los pobladores del entonces Pueblo de Indios de La Victoria, requirieron a
la Contaduría General de Madrid el derecho
de tener un escudo considerando que
llenábamos todos los requisitos exigidos por las leyes, por ser el punto más
céntrico de tráfico de la Provincia y tener más de 300 casas de tapias, rafas
de cal y cantos cubiertos de tejas, una (1) Casa Real, dos (2) cuarteles, ,una
(1) Cárcel y estudios de latinidad, por
lo que dicha Contaduría recomendó que fuera elevada de Pueblo a Villa, con el
nombre de Villa de Nuestra Señora de Guadalupe de La Victoria, con la facultad
de usar Divisa y Escudo de Armas.
Al año siguiente, el 5 de
septiembre de 1795, el Rey Carlos IV de España se pronunció en el asunto
recalcando que era la Villa más
industrial de la Provincia, por tener más de 40 trapiches e ingenios, 19 años
más tarde, en 1814, año trágico de la Batalla de La Victoria, El Libertador la
eleva al rango de ciudad y en la conmemoración de los 200 año de dicha batalla
es nombrada Ciudad de la Juventud Venezolana.
Resalto además que la Victoria es la única ciudad venezolana que tuvo
una evolución urbana pasando por: Pueblo,
Villa y Ciudad.
Si seguimos estudiando nuestro
escudo observamos en la parte inferior: Chimeneas, torreones, industrias, el
fértil valle y el Río Calanche que
atraviesa la ciudad y las ramas de café
y caña de azúcar que simbolizan la fertilidad de la tierra, en cuanto esto
último vale mencionar los elogios que le dio al trigo que se sembraba en estas tierras, Alexander von Humboldt en el año 1800.
Con el desarrollo agrícola del
siglo XIX, La Victoria ganó fama por sus haciendas de azúcar, maíz y frutas, en
la década de los 60s se instalaron numerosas industrias metalmecánicas,
alimenticias y diversas manufacturas livianas, lo que acarreó un gran
crecimiento económico y demográfico.
Podemos inferir por nuestra
historia que la ciudad de la Victoria tiene en su “ADN” ciertos valores a
destacar, entre otros: Fraternal, aguerrida, persistente, pujante,
emprendedora, trabajadora, industrial, agrícola y juvenil.
A pesar de todo lo anterior, la
Victoria no se ha escapado de la situación actual que sufre toda Venezuela, la
zona industrial abandonada, fuerte desempleo, servicios sanitarios precarios,
delincuencia desatada, la educación mermada en cuanto a su calidad y a la
cantidad de estudiantes ya que los mismos desertan ya sea para incorporarse al
trabajo en su mayoría al informal (bachaquero, colectores de camionetas, aparcaderos,
etc.) o simplemente se van del país,
servicios públicos insuficientes (transporte, vialidad, agua, luz, internet,
gas, etc.), inaccesibilidad a los alimentos, hiperinflación, recesión
económica, en fin es toda una tragedia humana, la que viven los victorianos,
esto hace que la calidad de vida se haya retrasado a niveles de los años 40 del
siglo pasado.
Ante esta situación nos
preguntamos: ¿Qué hacer?, la respuesta es tener primero lo que hoy se
denomina un liderazgo resiliente
entendiéndose como tal en la serie de competencias de liderazgo que ayudan a
los demás a adaptarse o recuperarse de la adversidad; que este direccionar se apoye como es nuestro caso
de nuestros buenos valores, para dar un
salto cualitativo y cuantitativo hacia el futuro. En la concepción de un plan de recuperación de la ciudad,
recomiendo primeramente echarle mano al concepto de los Paradigmas tal como lo define Thomas Kuhn en su libro:”
La Estructura de las Revoluciones Científicas” donde nos indica que estos son:
“Una completa constelación de creencias, valores y técnicas, etc. compartidas
por los miembros de una determinada comunidad” o como lo planteó en su
momento Adam Smith “Un conjunto
compartido de suposiciones. La manera como percibimos y explicamos el mundo, que
nos ayuda a predecir su comportamiento”.
Aquí lo que propongo es olvidarse
del paradigma de la Ciudad que dejamos funcionando medianamente bien en el
siglo XX, hace 20 años cuando llego este
mal gobierno y apostar por el nuevo paradigma
de “Ciudad Inteligente”, apoyándonos en la Regla del Retorno a Cero de los Paradigmas que nos indica: “Cuando un
paradigma cambia todo el mundo vuelve a cero, los éxitos pasados no garantizan absolutamente
nada si las reglas cambian”. Y luego añade Kunhn: “por ello, se debe: estar
abierto a nuevas ideas, explorar maneras distintas de hacer las cosas, ser
capaces de reconocer nuestros paradigmas presentes y estar preparados a
superarlos”.
La Ciudad Inteligente es un
modelo urbano que estimula la economía en donde es implantado y se denominan
así ya que comprende un espacio geográfico en donde a través del intercambio de ideas y del
conocimiento se impulsa el desarrollo
económico, combinando nuevas maneras de organización laboral y domésticas,
nuevos modos de relacionarse los entes público y privados, ciudadanos y
autoridades, teniendo como nuevos protagonista la tecnología de información,
las universidades y centros de investigación y desarrollo y nuevas maneras de
interactuar las empresas entre sí donde tradicionalmente se competía, un
ejemplo es el nuevo término “Coopetencia”
que es una palabra derivada de combinar: cooperación y competencia y no es más
que las empresas pueden compartir recursos para ser más competitivos por
ejemplo escogiendo segmentos de mercados en algunos productos para cada quien y
utilizando los mismos mecanismo de distribución, para así ganar economía de
escalas., otro ejemplo es la utilización
intensiva para ser contactos de
negocios, marketing, trámites bancarios, etc.
a través de la internet.
En todos los casos en lo que han
sido puesto en práctica, los resultados positivos no se han hecho esperar,
localidades como San Francisco, Seattle, Boston, Medellín, Barcelona (España),
entre otras, han experimentado
excelentes avances, gracias a la creación e incorporación de sectores
productivos con sostenibilidad urbana,
medioambiental y fiscal, estas experiencias podrían servir para incorporar a la
ciudad de La Victoria en el siglo XXI al lugar que se merece, Los desafíos pueden ser inmensos, pero también lo son las
oportunidades que estos conllevan, al reunir a los gobiernos, las
organizaciones nacionales e internacionales, la sociedad civil y el sector
privado en las tareas de planificar, conectar y financiar las ciudades, de esta
manera podemos contribuir efectivamente a configurar un desarrollo urbano
sostenible a largo plazo pero de eso hablaremos en otras entregas.
(CONTINUARÁ…)
No hay comentarios.