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Comunicación afectiva por Laura G. Vona




VicVennoticias.-¿Tu actitud afectiva afecta tu expresión oral?
En mi artículo de la semana pasada explicaba como las emociones pueden ser o nuestras enemigas o nuestras aliadas. En mi artículo de hoy hablaré de cómo las emociones afectan nuestro lenguaje oral y por ende nuestra comunicación.


Para que existe una comunicación asertiva y verdadera es indispensable una disposición  afectiva favorable y adecuada, tanto en el hablante como en el oyente. Cuando las emociones están  descontroladas influirán o afectarán de forma definitiva nuestro comunicación. Observemos algunas de estas afectaciones tanto en hablantes como en los oyentes.

Hablantes:
·        Verborragicos
      Discutidores
·        Inhibidos

Oyentes
·        Interruptores
·        Distraídos
·        Monologradores

Hablante verborragico: son las personas que hablan por el gusto de escucharse, que afirman cualquier cosa por estar en el uso de la palabra, que repiten siempre lo mismo, inflan las oraciones con cualquier adjetivo, argumento, sonido, cantos, reiteraciones y circunloquios. Sus temas son siempre los importantes por tanto no hay divagación, pero en muchos casos es el verborragico el divagador queriendo siempre llevarte a los temas que maneja y conoce.

Hablante discutidor:
Buscan solo imponer su punto de vista y lucirse con la pericia de su razonamiento. Es el egocentrismo infantil lo que priva en él. Hacen uso de afirmaciones categóricas que muchas veces se basan en falacias. Cuando ven que sus argumentos no están dando resultados desvían el tema hacia otros aspectos.

Hablantes inhibidos: son personas tímidas que rehúyen hablar en público. En caso de verse obligados a intervenir se adhieren a la posición más votada  para no necesitar fundamentar ni cambiar opiniones. La inseguridad personal, el desconocimiento del tema o el desconocimiento de los interlocutores pudieran ser los motivos de su inseguridad.
Pasemos ahora a describir las diferentes posturas que los oyentes pueden asumir cuando se dejan afectar por sus emociones.

Oyentes interruptores: nunca dejan concluir al hablante y lo interrumpen para insertar su idea, no saben escuchar, son impacientes y generalmente sus emociones están exacerbadas lo que al final la comunicación termina en una discusión.

Oyentes distraídos: no escuchan lo que dice su compañero aunque pareciera que estén atentos en lo que dice su interlocutor a veces con gesto de afirmación otras con una sonrisa en la boca. Sin embargo, su distracción se pone de manifiesto cuando los interrogas acerca de algo que estás diciendo o repiten conceptos que ya se han planteado o hacen preguntas un poco fuera de lugar interrumpiendo así el libre fluido  de la comunicación. En el fondo poco le importa el tema que se esta tratando.

Oyentes monologradores: son los que desatiende al interlocutor para concentrarse en su propio pensamiento y siguen elaborando su próxima intervención sin ni siquiera escuchar lo que se les está diciendo. En algunos casos se convierten en interruptores cuando tienen su afirmación ya preparada. En otros casos saben esperar pero no atienden a lo que el hablante le pudiera estar planteando porque se abstrae con la elaboración mental de su próxima respuesta.

Al presentar los casos de hablantes y oyentes que se permiten afectar por sus emociones de manera independiente se pretende individualizar con claridad las características de cada uno y así podernos reconocernos en ellas.

¿Con cual de los hablantes y de los oyentes te identificas?

Hazlo consciente e introduce nuevas estrategias que podrán favorecer tu comunicación futura.

Laura G. Vona M.

@tupsicolaurase           
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