"LA PAJA EN EL OJO AJENO" por: José Gregorio Mendoza C.

Opinión

Por: José Gregorio Mendoza C.

                    

VicVennoticias.-En toda actividad humana la mejor forma de consolidar la confianza, la credibilidad y el respeto de los semejantes, es mediante la consistencia, la lealtad, el apego a los principios y convicciones que se sustenten como acción de vida; es decir ser coherente con el verbo y la acción. En el trabajo y la lucha social, estos aspectos deben ser una acción de vida; es mejor  un no oportuno que una promesa prolongada e irrealizable.

                     En muchas oportunidades las conductas de algunos personajes que ejercen o cumplen una función de dirigentes o conductores sociales, parecen embaular principios, para dar atención a intereses puntuales, grupales, coyunturales, individuales, etc.; conductas y acciones que minan, corroen y contaminan  ante los ciudadanos, la acción política en general, por cuanto el desprestigio y  la demagogia de algunos, tiende a dar pie a generalizaciones injustas y más grave aún a dar cabida al  germen de la anti política que en definitiva se convierte en viaducto o autopista que conducen a autocracias que como es bien sabido a lo largo de la historia política universal, son regímenes donde al final el perjuicio y daño es colectivo y generalizado.

                     Otro aspecto lesivo a la lucha social, cuando esta se hace por vocación y servicio al bien común, lo constituyen las denominadas solidaridades automáticas, que termina convirtiéndose en complicidades irracionales, cuando se asumen las perniciosas conductas y actitudes que se engloban en la frase. “acompañar al nuestro con la razón o sin ella”.   

                     Esos vicios perniciosos se convierten en característicos de los politiqueros que desprestigian la  lucha social.  La acción política es una  lucha constante por conquistar, conservar, mantener y avanzar cada día y con cada esfuerzo para alcanzar las mejores condiciones de vida de los conciudadanos; ese empeño en muchos casos  conduce al ejercicio del poder, que debe ejercerse sin perder los objetivos originales, la causa y razón de ser consiste en estar al servicio del bien común, la justicia social y el beneficio de todos.

                     Los hechos reciente que han venido ocurriendo en nuestra región, reflejan en buena parte el desarrollo de una agenda planificada con objetivos característicos de una política farsante, bien pueden servir como una muestra de cómo se asumen conductas y actitudes acomodaticias dejando a un lado los principios y valores que teóricamente se pregonan, para ver, evaluar y actuar en función y atención al cristal de los intereses ideológicos trazados con visión sesgada y politiquera.

                     Son hechos públicos, notorios y comunicacionales las conductas asumidas por el régimen venezolano y sus cuerpos de seguridad, en las diversas expresiones del descontento ciudadano, en rechazo a las políticas puestas en práctica por el gobierno y los catastróficos resultados, que han generado un  deterioro continuado y  progresivo de las condiciones de vida de los venezolanos,  por  la ineficiencia, carencia e ineficacia de todos los servicios públicos, que son responsabilidad del gobierno y cuya repuesta ha sido la agresión, el atropello, la represión y la persecución, con franca violación a todos los derechos humanos (Michelet dixit); esos mismos represores locales, ahora se rasgan las vestiduras con la mayor desfachatez, por los hechos ocurridos en otros países vecinos, ante situaciones de alteración de orden público, protagonizados por ciudadanos en reclamo a lo que consideran sus derechos.

                     Sin entrar a valorar  las causas o razones de las expresiones de los coterráneos americanos; bueno es decir que el respeto a la dignidad humana es un parámetro de justicia universal aquí y en todo lugar, que no puede estar matizado por los cristales de la visión politiquera de algunos falsos paladines, que hacen caso omiso de sus fechorías y andamios basados y construidos como  productos de sus infames y reiterados atropellos, que por su ceguera ideológica no perciben las vigas en su ojo, pero si denuncian: “ la paja en el ojo ajeno”. Octubre 2019

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