Vicvenniticias.- #4Jun Eran las 6:00 pm y amenazaba con llover desde tempranas horas de la mañana. Pero ni una gota cayó en Caracas. Parecía que el cielo le sonreiría a Juan Fernando Fonseca Carrera, este viernes 3 de junio, durante su concierto en la capital.

Las vías de acceso al Centro Comercial Ciudad Tamanaco estaban en completa calma. No había colas -ni de gente o vehículos- ni desespero por ingresar al recinto. De hecho, una vez dentro, sorprendía la quietud de las instalaciones entre tiendas recién abiertas y los comensales curioseando desde sus vitrinas.

Muy pocos se dirigían, tal vez por la hora, hacia el área que Evenpro había diseñado para garantizar la entrada del público. El artista colombiano se montaría en tarima a las 9:00 pm, pero desde las 7:00 pm sus teloneros serían los encargados de animar a los asistentes.

Las verjas separadoras estaban completamente libres y la colocación de las pulseras identificadoras y de control de acceso se hizo sin problema. Reinó el orden y la bioseguridad. En cada esquina había zonas de protección y desinfección mientras que marcas aliadas del evento se disponían a complacer los gustos de los miles de personas que se congregarían, en pocas horas, para ser testigos del show entre pizzas, tequeños, refrescos, cervezas, sangría, sushi y hamburguesas.

“¿Será que no viene nadie?”

El reloj pisaba las 7:00 pm y 80% del aforo estaba vacío. “Puede ser porque normalmente la gente empieza a llegar justito a la hora que toca el artista. Aquí en Caracas somos así”, comentaba un grupo de chicas mientras se disponía a disfrutar de los servicios de la Glam Cam que se dispuso a modo de distracción para los asistentes.

“Yo no me preocuparía mucho. Es decir, ¿aló? ¡Es Fonseca!”, añadieron cuando se les preguntó si creían que el público fallaría en asistir. Solo una de las cinco muchachas dijo su nombre. Patricia Marcos no quiso dejarse retratar, pero sí aseguró que ese sería, a sus 25 años, uno de los mejores días de su vida

Trabuco Contrapunto

El público llegaba graneadito, pero llegaba. Olía a lluvia y una brisa fría amenazaba la comodidad de quienes comenzaban a sentarse en sus sillas para disfrutar de la función. Mientras tanto, se montó el primer telonero: Trabuco Contrapunto.

La agrupación venezolana le rindió tributo a su slogan “música pa’ mover el esqueleto” a través de ritmos latin-funk-rock-fusión, porque a pesar de la ausencia de personas, encendieron los motores de los asistentes con buena música. No es de gratis que sean considerados, actualmente, como uno de los grupos más importantes del género afrolatino en el país.

Así fue como Tony Trab en la voz, Melchor Contrapunto en la guitarra y coros, Albertico Herrera en el bajo y Raúl Fonseca en la percusión pusieron a vibrar durante más de media hora a un público que seguía congregándose, poco a poco, en la terraza del CCCT.

Una espera llena de premios

Las animadoras Valeria Valle y Jairam Navas fueron las encargadas de animar el evento y entre cada interlude (necesario para reorganizar el escenario) otorgaron diversos premios a los asistentes. Destacaron electrodomésticos de marcas aliadas como Frigilux y celulares que debían ser reclamados tras encontrar una “sorpresa” debajo de algunas de las sillas dispuestas en cada área de la terraza.

La segunda telonera de la noche fue Ariana Dao, quien se montó a las 8:30 pm para rendirle tributo, a través de covers, a las canciones más icónicas de algunas de las mujeres más poderosas de la industria musical.

Selena, Christina Aguilera, Whitney Houston, Tina Turner y La India encabezaron el repertorio de esta venezolana que fue finalista, en 2008, del concurso Latin American Idol.

Su presentación estuvo colmada de receptividad y aceptación por el público, sobre todo al interpretar canciones como «Amor prohibido», «Ven conmigo» y «I will survive»que fueron coreadas con inspiración y buen ánimo. A las 9:00 pm se bajó del escenario agradeciendo a Dios la oportunidad de poder cantar en su país y llegar a más corazones a través de sus interpretaciones.

¿Y Fonseca pa’ cuando?

El aforo estaba en un 60% de capacidad. De hecho, el personal de producción y los mesoneros pululaban más que los mismos asistentes. Seguía el olor a lluvia, pero no caía ni una gota. La brisa se hizo más fría y un cielo blanco -aun siendo de noche- vaticinaba un aguacero. Sin embargo, eso jamás pasó. Al menos no a esa hora.

Media hora tendría que pasar desde que se bajó Dao de la tarima para que comenzaran a escucharse los gritos y la presión del público. Se empezaba a sentir más presencia y calor humano; más ánimo y llenura en cada espacio. Los venezolanos querían ver a Fonseca y, mientras música ochentera gobernó el espacio durante un corto período para distraer la espera, a las 9:30 en punto se vivió el esperado reencuentro. Tras 10 largos años de ausencia, Fonseca apareció ante más de 4.000 fans venezolanos.

Un corazón gigante se apoderó de las pantallas, palpitando y arrojando intensos colores rojos y fucsias entremezclados con la sobriedad del blanco y el negro. Tucum, tucum, tucum. El colombiano salió tras un minuto de sonidos semejantes a un ecocardiograma con su primera canción, «Simples corazones».

Sin mediar palabra con el público aún, inmediatamente sonó «Entre mi vida y la tuya» para sacar su guitarra al tercer tema y, finalmente, destacar que “Yo en Caracas siempre me entrego”, al son de «Enrédame».

Su extraordinaria puesta en escena, llena de luces sincronizadas perfectamente con cada instrumento, contrastaba con lo sencillo de su vestimenta. Camisa blanca, jeans y ataviado de pulseras y collares caribeños, impuso su signature y el de su banda, que destacaba por la utilización de equipos llenos de color y texturas fluorescentes.

«Vine a buscarte» sonó después y «Desde que no estás» fue la canción que dio cabida a su primer acercamiento real con el público.

“Pasaron 10 años de haber estado aquí con ustedes; con poder decir ‘¡buenas noches, Venezuela!”, expresó. “No se imaginan el nivel de emoción que tenemos de volver a pisar este país. Gracias por este recibimiento y muchas más por estar aquí con nosotros. ¡Vamos a parrandear entonces!”, continuó.

Fonseca, un viajante lleno de agradecimiento por el país

Con «2005» y «Pasa» continuó el recorrido musical del artista y el lanzamiento de su nuevo álbum, el noveno, llamado Viajante, se hizo tendencia cuando sacó a colación que llegó hasta donde estaba gracias a este país y la confianza que depositaron en él hace 20 años.

“Mi primer álbum lo grabé en Caracas en 2001”, manifestó. “Recuerdo perfectamente cuando llegaba hasta Plaza Venezuela después de agarrar el Metro en Altamira, para llegar a un estudio que se llama Telearte. Por eso Venezuela significa tanto para mí”, subrayó.

No es secreto que Fonseca es conocido por tener una personalidad bastante calma al momento de dar espectáculos. “Comedido” podría ser el término adecuado para sus actuaciones. No se vale de brincos exagerados o desmedidos para mantener notoriedad en el escenario. Sin embargo, entre los asistentes se comentaba que su actitud estaba “apagada o desmotivada. Tal vez, indiferente”. No obstante, su presentación resultó muy bien ejecutada, con una entrega musical única que se coronó con unas pantallas que llenaban de brillo, color y energía a todos por igual.

Incluso, los edificios de oficinas que estaban alrededor del CCCT se contagiaban del ánimo de la buena música, dejando entrever que a pesar de no formar parte del público propiamente, ellos no dejarían de aprovechar la oportunidad de ver a su ídolo cantar en vivo y directo.


Su tema «Prometo», completamente en versión acústica, acentuó el romanticismo de la noche para luego izar la bandera del amor y la unión con un discurso que unió a Venezuela con Colombia a través de una inspiradora interpretación.

“Hay muchas cosas que compartimos entre ambos países”, señaló. “Una de ellas es nuestra música llanera y hay canciones que siempre me removerán el alma. Estando aquí no puedo dejar de cantarlas”, destacó.

Justamente después de sus palabras, comenzó lo que sería un mix llanero que incluiría su versión de «Caballo viejo« del maestro Simón Díaz y «Egoísmo». Durante esta parte de la presentación, un contrapunteo especial realizado por sus músicos a punta de guitarra hipnotizó a un público que jamás se imaginó corear tan alto las canciones del llano.

Lluvia con V de vallenato

«Mercedes», del laureado músico colombiano Adolfo Pacheco, fue la inspiración de esta parte del espectáculo. Un jam de vallenato le siguió y luego con «Háblame bajito», «Volver a verte» y «Por pura curiosidad» estremeció a un público que comenzaba a quedarse ronco de tanto cantar.

Eran las 11:00 pm y comenzaban a caer las primeras gotas de lluvia. ¿Una simple amenaza? Así parecía, hasta que las palabras de Fonseca irrumpieron el espacio y una canción bautizaría el palo de agua que comenzaría a caer en Caracas esa noche poco después.

“Les dedico un ‘Arroyito’ a todas las mujeres hermosas y que también cantan bello aquí en el público”, gritó el cantante, y como si de una profecía se tratase el cielo se unió a esa premisa de caudales y agua.


Pese a esto, el show continuó como si nada. Sin embargo, la organización y la producción se preparaban para recoger sus cosas, aunque todavía había personas interesadas en comida, bebida y servicios. Recogieron alfombras, letreros, kioscos y hasta sillas. Pero el espectáculo siguió intacto y la gente ni cuenta se dio de lo que pasaba alrededor.

«Hace tiempo» y «Te mando flores» se convertirían -entre la agravante lluvia y los paraguas alzándose- en las favoritas del público, pero «Cuando llego a casa» cesó los ánimos al vaticinarse como la que podría ser su canción de despedida, dándole paso a lamentos y quejas por parte de los asistentes. Nadie quería que se acabara el concierto.

Una rápida despedida hizo que Fonseca sonriera ampliamente al ritmo de “otra, otra, otra”. El adiós duró muy poco, sin embargo. Cinco minutos bastaron para que «Eres mi sueño» se escuchara en el escenario pisando la media noche y dándole a más de 4.000 personas la oportunidad de seguir escuchando, aunque sea por cinco minutos extra, al artista colombiano.

Al culminar el tema y acompañado de alegres serpentinas y humo acompasado por las tonadas finales de su canción, dejó claro que se acabó el show pero que la música lo uniría por siempre con Venezuela.

Juan Fernando Fonseca Carrera terminaría así su tan esperado concierto en Caracas para salir rápidamente a Valencia, sede de su segundo concierto, fechado para este sábado 4 de junio.

Fuente: ElNacional