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Pescan más kilos de plástico que de peces en el lago de Maracaibo


Investigaciones, elaboradas por la Fundación Azul Ambientalistas, determinaron que los peces del lago marabino tienen microplásticos en sus organismos, una amenaza para la salud

VicVennoticias.- #14Jun Uno de los objetivos de la Agenda ONU 2030 de Desarrollo Sostenible es lograr la utilización sustentable de océanos y recursos marinos.

Eso, inevitablemente, llevó al organismo internacional a plantearse una reducción del uso del plástico en el mundo.

Sin embargo, parece que esa meta naufraga entre las 109 toneladas métricas de desechos plásticos acumulados en ríos y los 30.000 y 22 millones de kilos que, según el Instituto Rochester de Nueva York y la revista estadounidense Science, se vierten en mares y lagos del mundo.

Venezuela, como Estado miembro, también debería asumir ese compromiso ecológico, pero las bolsas y botellas de plástico que flotan sobre el lago de Maracaibo, en el estado Zulia, así como en toda la costa de esa entidad, solo justifican el porqué de su clasificación como la nación del mundo que más ha retrocedido en materia de defensa del medioambiente y lucha por el cambio climático.

                             

En ese territorio occidental del país, por ejemplo, ni el gobierno regional ni el municipal desarrollan estrategias a gran escala para revertir los daños ocasionados por la contaminación.

En los primeros cinco meses de 2022, un grupo de al menos 12 ONG ecologistas zulianas, entre ellas la Fundación Azul Ambientalistas, recogieron 12 toneladas de basura plástica que, de hecho, empiezan a atascar los motores de las lanchas de los pescadores locales que en un día pueden encontrar más plástico que peces.

Los de los municipios Santa Rita, Miranda y Mara, en la costa oriental del lago, son los más afectados, pues esos sectores son los que están más contaminados por el material no biodegradable.

A ellos incluso se les dañan sus botes pesqueros, trayendo como consecuencia la paralización de sus faenas.

“Las costas de Maracaibo, en su totalidad, están llenas de plástico. En algunas zonas puedes limpiar hoy y mañana estarán repletas otra vez. En la costa occidental, como las del Mirador del Lago, Santa Rosa de Agua, donde están los palafitos, y Capitán Chico, en la parroquia Coquivacoa, es donde más se aglomera plástico”, dijo a TalCual el director de esa organización en Maracaibo, Yohan Flores.

En jornadas de 16 horas, distribuidas en tres días, voluntarios de esas asociaciones pueden recoger hasta dos toneladas de materiales plásticos en el lago —de forma manual o con maquinaria— con las que llenan cerca de 200 bolsas negras.

Pero esos desechos, con ayuda del personal del Instituto Municipal de Ambiente (IMA), adscrito a la alcaldía de Maracaibo, los llevan a un vertedero a cielo abierto que está en la capital, donde tampoco son procesados de forma adecuada, pues en ese estado no existen plantas recicladoras.

La única que había, conocida como Recimara (Estación de Transferencia de Desechos Sólidos), se incendió en el año 2021 y ya no está operativa.

“En otros lados hay plantas de tratamiento para triturar el plástico e insertarlo en la cadena de productos nuevamente; pero aquí aún se está trabajando en eso. Por ahora, solo hay recicladores urbanos que venden el plástico, porque es un negocio factible y muy lucrativo. Lo que queremos es que la alcaldía cree centros de reciclaje, por lo menos tres, para dar un paliativo al problema y, con parte del dinero que se obtenga, se puede ayudar a las fundaciones para hacer las jornadas de recolección de plástico, ir a dar charlas en los colegios y tener recursos necesarios, porque, aunque recibimos ayuda oficial, las actividades las hacemos con las uñas (…) a veces no tenemos tantas bolsas ni a dónde llevarlas”, explicó Flores.

Estimaciones recientes apuntan a que, de no tomar acciones contundentes, para 2040 la basura plástica podría triplicarse, generando anualmente 29 millones de toneladas métricas, que significarían que el plástico acumulado en fuentes hídricas en 20 años alcanzaría, por lo menos, los 600 millones de toneladas.

Una de las salidas a este problema es la economía circular del plástico, un modelo con el que pretenden cambiar el ciclo de vida y diseño del plástico, reduciendo al mínimo la producción y utilización de aquellos que son de un solo uso, para potencialmente disminuir en 80 % el volumen de desechos que llegarían al mar en dos décadas.

Fuente: La Verdad 

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