¿De verdad necesitamos un chequeo médico anual?
Hipertensión Arterial al
Día.
Dr. Asdrúbal Carrillo o.
Telf. 0416 3024078
¿De verdad necesitamos un
chequeo médico anual?
Tenemos
el corazón en perfecto estado, pero a veces nos inquieta un poco:
palpitaciones, respiración agitada al hacer un esfuerzo no muy grande, dolores
ligeros en el pecho... Quizá haya llegado el momento de comprobar con el
cardiólogo si realmente tenemos «la edad de nuestras arterias».
¿Es recomendable consultar regularmente al cardiólogo?
Parece razonable acudir a la consulta a partir de los 45-50 años, incluso si
uno se siente con buena salud. Por lo demás, es el médico de familia quien a
menudo aconseja hacer un chequeo. Sobre todo si la tensión o el colesterol
están altos o si, por ejemplo, un miembro de la familia ha tenido un infarto
antes de los 50 años. El cardiólogo examina todos los factores de riesgo y hace
una evaluación de la situación. Si todo va bien, bastará con hacer una visita
cada cinco años y, si aparecen anomalías pequeñas, el mismo doctor establecerá
el calendario de consultas.
Esta visita inicial permitirá
saber en qué situación se encuentra usted y tendrá un carácter básicamente
preventivo. Hoy en día, un problema cardiovascular no impide hacer una vida
casi normal, incluso después de un infarto. La longevidad y la calidad de vida
han mejorado considerablemente gracias a la prevención.
Por ello, no es aconsejable
llegar a los 60 años sin haber consultado jamás a un cardiólogo. Y con más
motivo porque, salvo excepciones, el riesgo cardiovascular es más bajo solo
hasta la cuarentena en los hombres y hasta la menopausia en las mujeres, y
después aumenta con la edad.
Aparte de estas visitas de prevención, ¿cuándo es aconsejable
consultar al cardiólogo?
La sensación de quedarse sin aliento –esa dificultad respiratoria llamada
«disnea» en lenguaje médico– el dolor en el pecho o una taquicardia, son
señales de alerta. Por ejemplo, si al subir dos o tres pisos a pie debe pararse
a tomar aliento. O cuando siente fatiga sin ningún motivo particular o le duele
la cabeza insistentemente, dos síntomas de hipertensión. De hecho, se aconseja
consultar siempre que note que algo cambia. Si no tiene un cardiólogo asignado,
puede informarse preguntando en el entorno familiar o social. Pero, una vez
más, lo mejor es hablarlo con el médico de familia y él se encargará de las
primeras medidas, análisis de sangre, toma de tensión, etc., antes de enviarle
al especialista. Esto es lo más recomendable porque después del primer chequeo
es el médico generalista quien toma el relevo del especialista y quien
desempeñará el papel de centinela atento a su evolución. En caso de
hipertensión, es él quien vigilará la tensión arterial y así comprobará los
efectos del tratamiento. En caso de insuficiencia cardiaca, también es él quien
se inquietará ante cansancio, sensación de ahogo, hinchazón en los tobillos. En
cuanto haya el mínimo problema, le enviará al especialista. Este seguimiento
complementa la visita o visitas anuales al cardiólogo y garantiza la mejor atención.
¿Cómo discurre la primera consulta?
En general, la primera consulta dura al menos una media hora. El tiempo
necesario para conocerse y establecer un primer contacto. El cardiólogo
pregunta el motivo de la consulta, le interroga sobre los antecedentes
familiares y personales. Para explicar lo que no va bien, no dude en utilizar
la mímica y los gestos, en mostrar dónde y cómo le duele. El lenguaje corporal
(comunicación no verbal) es una herramienta extraordinaria para afinar el
diagnóstico. Esta primera consulta comprende la exploración física y el
electrocardiograma. Este ya da una imagen del corazón a partir de las señales
eléctricas, detecta posibles alteraciones del ritmo (arritmias) o la huella de
un antiguo infarto o crecimiento de cavidades, o anomalías genéticas. Con estos
primeros exámenes, el médico ya se hace una idea del riesgo de enfermedad. Ya
sabe si el corazón y las arterias presentan anomalías. Después, completará o no
este primer examen con otros, todos ellos indoloros.
¿Cuáles son los otros exámenes posibles?
En una segunda fase, el cardiólogo ordenará hacer una ecografía para evaluar la
función cardiaca y el estado de las válvulas, o un eco-doppler de los miembros
inferiores, o una ecografía vascular (de la carótida) para ver si hay una
estenosis (estrechamiento de las arterias). La ecografía vascular permite ya
detectar la mayor parte de las estenosis antes de que se produzca ningún
síntoma. Antes, se notaba su presencia cuando ya era demasiado tarde, después
de un accidente vascular cerebral, por ejemplo. Es un avance enorme del que
todos nos podemos beneficiar.
Después, según el caso, se
pueden hacer otros exámenes según los hallazgos, por ejemplo, una ecografía
«transesofágica», con anestesia local o general en la mayor parte de los
hospitales.
Electrocardiograma de
esfuerzo, si la historia clínica lo aconsejara. Y, según los resultados de la
misma, junto con otros datos, se hará una coronariografía con anestesia local.
Este examen solo se hace en algunos centros especializados, en general próximos
a los de cirugía cardiovascular. Y si aparece una estenosis importante, a veces
se interviene inmediatamente y se procede a dilatar la arteria (angioplastia).
Valoración Cardiovascular Solidaria los días
martes a partir de las 3pm.
Incluye Electrocardiograma.
Av. Fco de Loreto.
Edificio Fátima 1er Piso Frente al Ateneo- La Victoria Aragua.
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