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Falta de credibilidad y confianza amenazan éxito político del viraje económico de Maduro

                      
 

VicVennoticias.-#25May El gobernante venezolano anunció la devolución de la infraestructura del Centro Comercial Sambil La Candelaria y la apertura hacia el sector privado del conjunto de acciones de empresas del Estado, apartándose definitivamente de la política de su «padre político» Hugo Chávez. Según tres expertos consultados, este viraje económico que viene adelantando Maduro desde 2017, es un camino repleto de obstáculos y que no necesariamente le allana el camino a su triunfo electoral en 2024

Con un país dolarizado de facto y donde ha proliferado la venta de productos importados libres de aranceles en detrimento de la industria nacional, Nicolás Maduro comienza a dar indicios de retoma del camino del liberalismo económico con la devolución de activos y el favorecimiento a la inversión de capital privado en empresas del Estado.

Esto contrasta con lo que fue la política del iniciador del llamado proceso revolucionario, Hugo Chávez, quien afirmó tajantemente en enero de 2007 «ni filial ni nada, aquí no se privatiza más nada», al ser juramentado para el período constitucional 2007-2013, cuando comenzó a promover una reforma a la Constitución aprobada por el pueblo en 1999.

«El pueblo votó (…) no por Chávez ¡no! No es por Chávez que el pueblo vota, es por un proyecto, es por un camino, es por una vía y Chávez durante una y mil veces lo dijo: vamos por la vía del socialismo. El pueblo votó por la vía del socialismo y es socialismo lo que quiere el pueblo, y es socialismo lo que requiere el pueblo, lo que necesita la patria», expresó en esa oportunidad el mandatario.

Entonces llamó a cerrar los resquicios que, en su opinión, la carta magna dejaba abiertos para la incorporación de capital privado en las industrias del Estado.

Específicamente se refirió al artículo 302, y detalló que, en la disposición, el Estado se reserva la actividad petrolera, pero no así la gasífera: «Es una sola palabra, pero las palabras son las palabras. Ahí debe estar es (en lugar de la actividad petrolera) la actividad de hidrocarburos líquidos, sólidos y gaseosos, el asfalto y todo eso».

En febrero de ese año, el régimen avanzó en la adquisición de acciones de la telefónica Cantv y de la Electricidad de Caracas, mientras que en 2008 pasaron a manos del Estado el Banco de Venezuela y las empresas productoras de cemento y, ya en 2009, la Siderúrgica del Orinoco (Sidor).

Cinco años después, la asamblea constituyente que convocó Nicolás Maduro y no el pueblo venezolano aprobó la llamada Ley Antibloqueo, que permite al Ejecutivo evadir dar detalles sobre transacciones y ventas de activos, justificando tal medida con las sanciones financieras impuestas por EEUU.

Se allanó así el camino para revertir la política de estatizaciones de Hugo Chávez (1999-2012) y el llamado socialismo del siglo XXI, que el teniente coronel retirado había prometido conduciría al país a convertirse en una potencia mediante unos ambiciosos planes de inversiones.

El primer indicio de que el Estado venezolano comenzaría a desprenderse de activos que tomó durante la gestión de Hugo Chávez fue el anuncio, por parte de Nicolás Maduro, de la devolución de la infraestructura que sería sede de un nuevo centro comercial Sambil, esta vez, ubicado en la parroquia Candelaria, en el centro de Caracas.

El pasado 12 de mayo, el gobernante venezolano hizo el anuncio que años atrás hubiera sido inimaginable: «Usted podrá convertirse en inversionista de Cantv (Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela), de Movilnet (empresa de telefonía móvil nacionalizada), de la petroquímica, de todas las empresas mixtas del petróleo, de las empresas del gas, de las empresas de Guayana (corporaciones mineras y siderúrgicas)».

Indicó el mandatario en esa oportunidad que los privados podrían hacerse hasta con un cinco o 10% de las acciones de estas compañías.

De inmediato surgieron las interrogantes: ¿devolverá el gobierno todas las empresas expropiadas por Hugo Chávez? ¿Permitirá el gobierno tener participación mayoritaria al sector privado en empresas hoy propiedad del Estado? ¿Cuáles reservará como estratégicas para la seguridad de la nación? ¿Podrá Nicolás Maduro propiciar una recuperación económica que le valga la reelección en 2024? Y, especialmente, ¿cómo caerá en los partidarios políticos que siguen siendo afectos al chavismo este tipo de medidas, cuando el ideario por el que apostaron se basaba en el manejo de la economía por parte del Estado?

Artículo Completo: talcualdigital.com

  

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