YUNQUE, MARTILLO Y VACUNA por: José Gregorio Mendoza

"De Frente"

Opinión:

Por: José Gregorio Mendoza C.

Yunque.- Es una herramienta de herrería. Está hecha de un bloque macizo de piedra o metal, como condición que le permita soportar las condiciones a las cuales se expone frecuentemente, por cuanto se usa como soporte para la forja de metales hierro acero y otros materiales.

Martillo.- Es una herramienta de percusión utilizada para golpear directamente o indirectamente1 una pieza, para obtener los efectos deseados, generalmente se elabora en función al destino o uso a dar.

Vacuna.- Es una preparación o acción profiláctica, destinada a generar inmunidad o protección contra una enfermedad, daño o perjuicio.

          Estas expresiones y conceptos por sus acepciones tienen plena vigencia y aplicación en la situación venezolana del presente.

          En el caso de la ciudadanía, la carencia, escasez y los costos de los suministros indispensable para la vital subsistencia, tanto como la restricción e ineficiencia de los servicios públicos indispensables, se han convertido en lo más generalizado donde se funden las ingentes reservas morales, la vocación de lucha, el espíritu de combate y la perseverancia, que hace  factible fraguar con suficiente solidez el propósito de avanzar llevándolo a transformarse literalmente en yunque,  con esa férrea vocación y esperanza ciudadana para soportar con estoicismo las desventuras actuales, curtiéndolo para hacer lo necesario hasta lograr el objetivo del cambio imperativo, necesario e impostergable, hacia las condiciones que nos conduzcan a todos para alcanzar condiciones de vida dignas, en un país que mediante la sumatoria del esfuerzo de todos, retome el rumbo de superación y desarrollo transitando con éxito el camino a ser una nación con un nivel de vida típico y propio  del primer mundo.

          El deterioro, la ausencia y perdida de los valores fundamentales en los entes y entidades públicas cada día se declinan más al extremo de hacerse hábitos y costumbres perniciosas vicios en quienes desempeñan o regenta una institución del estado,  que constituyen un atentado contra la conducta que deben reflejar, dándose  casos en los cuales los funcionarios subalternos reciben instrucciones precisas de sancionar o penalizar a los entes privados que contacten con   o sin razón ni justificación, lo importante es aportar la alícuota correspondiente establecida donde se le asignan cuotas o estipendios en moneda extranjera que deben derivarse de la extorsión, chantaje o el pernicioso efecto del chapeo o martillo oficial, lo importante son los montos o cifras con los cuales deben reportarse para satisfacer los anhelos de sus jefes o jerarcas como evidencia de  la misión cumplida.

          Cuando la vía para  obtención de los recursos proviene de la delincuencia organizada que pone en función sus tentáculos para obtención de recursos provenientes del aparato productivo o los prestadores de servicios del sector comercio, ante la mirada cómplice o indiferente del estado, es la acción conocida como el pago de vacuna que le permita realizar sus actividades en condiciones mínimas de seguridad que los cuerpos oficiales del estado no le garantizan.

          Esta realidad irrefutable vivida, padecida y sufrida diariamente por la ciudadanía a lo largo y ancho de todo el territorio nacional, es la  más notable y palpable prueba, que demuestra la condición de ser y tener un estado fallido que se debe sobrellevar en el país; por cuanto la conformación de la estructura de los entes oficiales no cumple ni satisface los requerimientos fundamentales como planificador, ejecutor y administrador de los deberes que se deben prestar a la ciudadanía para ejecutar y cumplir sus actividades ordinarias normales; se requiere de manera urgente asumir las posturas que permitan erradicar todas estas perniciosas deficiencias, donde no impere esa trágica trilogía conformada por: “yunque, martillo y vacuna”  Enero 2020

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