EDUCACIÓN EN TIEMPO DE PANDEMIA.

Willian Fernández Delgado

Opinión

VicVennoticias.- Saludos afectuosos mis queridos lectores, les escribo con mi total deseo que Dios Padre les proteja en estos momentos de adversidad, en que la Prevención es la cura ante la amenaza del Covid-19. El escenario actual que vive el mundo, lleva a enfocar estas cortas líneas hacía la amenaza del Virus que recorre el planeta a velocidad asombrosa, no para crear alarmas falsas como los FakeNews diarios que desinforman y generan zozobra, es para analizar y reflexionar sobre las consecuencias que forja en la realidad educativa de nuestro País. Desde la óptica pedagógica la Educación Venezolana está atravesando una situación formativa muy inusual en cuanto a la manera de transferencia y la recepción de conocimientos al proponer la Educación virtual para nuestros estudiantes, no quiero criticar destructivamente la metodología, pero si deseo hacer unas muy substanciales reflexiones.

Inicialmente, es necesario aclarar que la enseñanza virtual o escuela virtual es aquella donde el alumno aprende principalmente on-line o a través de internet. Esto implica que exista una conexión segura y óptima para cada hogar venezolano, cuando realmente la señal de internet es pésima, intermitente y en alto porcentaje no llega a toda la población, el estudio State of Internet de Akami asegura que la velocidad del Internet en Venezuela promedia 1.3 megabits por segundo (Mbps), compitiendo únicamente con Paraguay y Bolivia. (El líder en tener la conexión a Internet más rápida del mundo es Singapur, con una velocidad media de 60.39 Mbps). Por su parte, Luis Carlos Díaz, experto en el tema del centro de investigación Gumilla, manifiesta que en Venezuela es difícil realizar una videoconferencia, lo cual es algo muy sencillo en otro país del mundo. Una escuela on-line puede aglutinar muchos de los beneficios proporcionados por una escuela física (materiales didácticos, ejercicios on-line, clases on-line en directo, exámenes, foros, tutor especializado, entre otros) pero todo realizado a través de internet, cabe resaltar que el fluido eléctrico en Venezuela es deficiente, en el caso del Estado Táchira es pésimo, con racionamientos de hasta nueve horas diarias en algunos sectores de la Población, razón por la que es imposible para los Padres, Representantes y Estudiantes, tener acceso a las actividades propuestas por los Docentes.

Según las referencias de Escuela Virtual señalan que la interacción entre estudiantes y profesores es posible aunque no es necesaria. La enseñanza virtual permite a los alumnos participar en un entorno digital y llevar a cabo su formación en cualquier materia. Es cuestionable este argumento para el caso venezolano, motivado a que en nuestro país no se formó para la cultura de la enseñanza virtual, a los estudiantes se les obsequió laptops pero se utilizaban para impartir clases participativas en su institución buscando en programas de aprendizaje predeterminados que dictaban una sola visión de lo que debían investigar, aunado a ello, las computadoras no se instalaban a una red inalámbrica simplemente porque no había sistema de internet (aún con tres satélites enviados al espacio) o la mayoría de veces porque los Directivos eran quienes poseían las claves de acceso, y esta no la compartían al menos con los Docentes de Aula sino era para su consumo. Esto refleja que los estudiantes no fueron formados para la enseñanza virtual y esto ocasiona que hoy Padres y Estudiantes se encuentren deliberando maneras de interactuar con las actividades asignadas para el hogar.

Por otra parte, cabe la interrogante ¿Tiene posibilidades económicas todos los estudiantes o sus familia para comprar un Smartphone o Android? Según Gaceta Oficial Extraordinaria N° 6.502 del 9 de enero de 2020 se fija el salario mínimo nacional mensual en Doscientos cincuenta mil Bolívares (250.000Bs), monto que oscila en menos de tres Dólares mensuales que percibe una familia por concepto de su labor. Esto muestra que es imposible comprar un celular que puede tener un costo de 70 dólares el más económico, que posea tecnología para acceder a las redes sociales. Por tanto, hoy la Educación brindada de manera digital no alcanza a recibirse en su totalidad. No obstante, el salario de un Profesional de la Docencia tampoco le permite comprar un celular de alta tecnología, desde el que pueda enviar sus actividades diarias. Lo que deseo significar, es que la enseñanza virtual no posee el acceso a las herramientas básicas debido al limitante económico.

Ahora bien, es ineludible pasar por alto la función formativa que deben ejercer los Padres y representantes en las actividades pedagógicas diarias, se están enfrentando a una realidad que muchos desconocían: El arte de enseñar. La mayoría de Padres no estaban preparados para este escenario, debido al no compromiso de ser corresponsable en la enseñanza diaria, es difícil pero no imposible realizar esta noble labor para la que fueron formados los profesores. Ante esta realidad, se debe tomar en cuenta en un futuro cercano, la necesidad de incluir a la Familia en espacios formativos, en los cuales se enseñen a diseñar estrategias y utilizar recursos de aprendizaje en casa, ante una emergencia sanitaria u otra índole, que permita una instrucción de calidad por parte de los Representantes.

En referencia al actor pedagógico indispensable, me refiero al Docente, me permito señalar que es uno de los más afectados en este tiempo de cuarentena o aislamiento, me remito a realizar esta aseveración sustentado en el estudio del Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores que expresa el costo de la canasta alimentaria de 16.800.466,49Bs para el mes de Febrero del año en curso, al revisar el salario mensual de un Profesor oscila entre 500.000Bs y 1.200.000Bs. El profesional de la Docencia no puede ejercer otra labor motivado a las medidas tomadas ante la amenaza del Covid-19, esto genera un escaso régimen alimentario al no consumir las proteínas necesarias para que su sistema inmunológico pueda contrarrestar la Pandemia declarada por la Organización Mundial de la Salud.

Finalmente, deseo que la Divina Providencia proteja a la comunidad mundial y lo más importante que valoremos la importancia de tomar las precauciones necesarias, en función de resguardarnos en nuestros hogares, estimando la presencia de nuestros seres queridos. El antídoto contra el Covid-19 es la prevención.

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